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Tu bebé durante los meses de frío
Es cierto que el invierno tiene ciertos inconvenientes, pero los meses fríos no pueden paralizar vuestra vida. Está en tu mano proporcionar a tu bebé los cuidados necesarios para que disfrute de esta estación.
![cuidados del bebé en invierno cuidados del bebé en invierno](http://www.crecerfeliz.es/var/ezflow_site/storage/images/el-bebe/buenos-cuidados/cuidados-del-bebe-en-el-invierno/cuidados-del-bebe-en-invierno/903446-3-esl-ES/cuidados-del-bebe-en-invierno_reference.jpg)
Yo tenía que nacer en invierno, pero como hacía mucho frío y en mi casa no tenían estufa, me estuve esperando para nacer en verano, con el calorcito”. Si acabas de ser madre o tu bebé tiene pocos meses, seguro que comprendes a la perfección esta frase del inolvidable humorista Miguel Gila.
Y no serás la única, porque la mayoría de las mamás que están en tu situación se preguntan si los rigores del invierno pueden afectar de alguna manera a la salud de su hijo en una etapa en la que es tan vulnerable.
Y no serás la única, porque la mayoría de las mamás que están en tu situación se preguntan si los rigores del invierno pueden afectar de alguna manera a la salud de su hijo en una etapa en la que es tan vulnerable.
No tiene por qué ser así. Efectivamente, la primavera y el verano son estaciones más amables en este sentido: hace buen tiempo y es más fácil sacar al bebé al parque para que disfrute de diferentes estímulos visuales y sonoros, la luz del sol estimula sus defensas, hay más ocasiones para que tú y tu pareja quedéis con amigos o familiares y el niño vaya acostumbrándose a estar con más gente...
Sin embargo, en la época de frío basta con que tomes una serie de medidas para que los primeros meses de tu bebé transcurran sin problemas (aunque conviene que te hagas a la idea de que a lo largo de su primer año la mayoría de los niños pasan una media de entre ocho y diez catarros).
DE PASEO CON EL BEBÉ
“Los rigores del invierno no pueden paralizar nuestra vida y mucho menos la de nuestro hijo”, advierte Cristina Bonjoch, adjunta al servicio de Pediatría Ambulatoria del Hospital Universitario Quirón Dexeus de Barcelona. “Salvo que las temperaturas sean excesivamente gélidas, un bebé no debe vivir encerrado en el hogar a la espera de que cambie el tiempo. El aire libre, aunque sea muy fresco, no es perjudicial para su salud”, añade.
El consejo de la pediatra es acertado: conviene sacar al bebé a la calle a diario, a ser posible hacia el mediodía, cuando el sol calienta más, pero evitando la exposición directa a los rayos solares (ten presente que aunque el cielo esté nublado la radiación puede afectarle). Para protegerle del frío llévale en un saco de cochecito y cúbrele las manos con unos guantes y la cabeza con un gorrito que también proteja sus oídos de las corrientes de aire.
En cuanto a la ropa más apropiada, “es mejor que lleve varias capas delgadas que pocas capas muy gruesas”, dice la doctora Bonjoch. Así, si entráis en un lugar en el que la temperatura es más alta podrás quitarle alguna prenda para evitar que se sofoque. La regla que sugiere la pediatra es sencilla: ponle una capa más de la que llevas tú (si tú tienes frío, tu hijo también lo tendrá, pero la diferencia es que él va en el cochecito sin moverse y su organismo aún no regula bien la temperatura).
Además es recomendable que las prendas no le queden demasiado apretadas, para que no le agobien. Los bebés no son capaces de indicarnos si se sienten incómodos, por eso “debes evitar que tu hijo se ponga rojo como un tomate por ir muy cubierto. Si llora puede deberse a que se siente mal porque está muy abrigado”, explica la doctora.
Un último consejo a la hora de salir a la calle o entrar en una casa: evita que los cambios de temperatura sean muy bruscos porque son éstos, más que el frío, los verdaderos enemigos de la salud del bebé.
Además es recomendable que las prendas no le queden demasiado apretadas, para que no le agobien. Los bebés no son capaces de indicarnos si se sienten incómodos, por eso “debes evitar que tu hijo se ponga rojo como un tomate por ir muy cubierto. Si llora puede deberse a que se siente mal porque está muy abrigado”, explica la doctora.
Un último consejo a la hora de salir a la calle o entrar en una casa: evita que los cambios de temperatura sean muy bruscos porque son éstos, más que el frío, los verdaderos enemigos de la salud del bebé.
EL RECIÉN NACIDO EN EL HOGAR
También es esencial que en casa tu hijo se sienta a gusto y protegido. Recuerda que la temperatura ideal en el hogar está entre 20 y 22 ºC y que es necesario ventilar bien todas las mañanas para renovar el aire. Por otra parte, ten presente que el calor de las calefacciones reseca las fosas nasales de tu bebé, lo que puede dificultar su función protectora ante los microorganismos. Por eso, es conveniente que humedezcas un poco el ambiente. En el mercado encontrarás humidificadores de todo tipo (debes limpiarlos bien a diario) pero si no tienes ninguno, puedes usar un sistema casero: coloca encima de algunos radiadores toallas húmedas o recipientes de cerámica con agua.
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